Historia

La fundación del Colegio Italo Boliviano en Cochabamba, estuvo a cargo de las Hermanas Maestras de Santa Dorotea, que habían llegado a Bolivia en el año 1951 para asumir diversas actividades en el campo de la educación.

El año 1962, la Delegada de las Hermanas Maestras de Santa Dorotea, Hna. Lorenza Lommori, tenía el encargo de edificar una casa y fundar una comunidad en un lugar céntrico de Bolivia. Los objetivos de este nuevo espacio serían múltiples: una sede para la Delegación, un ambiente adecuado para la formación y tener al mismo tiempo un colegio completo en todos los niveles.

De esta manera un día mientras la hermana Delegada buscaba, junto a la Hna. Fausta Lamarra, un lugar por la zona sur de la ciudad de Cochabamba, se encontró con el padre Alejandro Gazé OMI, que acababa de fundar la Parroquia San Pio X , en 1963, en la zona oeste de Villa Coronilla. Al conocer las intenciones de las hermanas, les invitó a establecerse en su Parroquia, propuesta que fue aceptada.

En ese tiempo Villa Coronilla estaba en los márgenes de la ciudad: la mayoría de los terrenos eran maizales, sólo contaba con algunas calles mal trazadas que se convertían en barrizales en época de lluvia, mientras en tiempo de sequía se elevaban nubles de polvo.

Además por la proximidad del matadero, había procesiones continuas de ganado. Por este motivo era evidente la necesidad de establecer en ese medio una institución que brindara una educación sólida e integral a la población del lugar, por lo cual el proyecto fue abordado con mucha ilusión tanto por las hermanas como por el párroco.

Fue así como el 16 de diciembre de 1962 el párroco Alejandro Gazé bendijo la primera piedra de la construcción que con el tiempo llegaría a ser el Colegio Santa Dorotea.

En enero de 1964 la construcción de las instalaciones del Colegio y de la Delegación aún no estaba concluida, pero el firme propósito de iniciar las labores del colegio ese año seguía en pie. Por lo cual un grupo de hermanas se instaló en los ambiente sin terminar y se dedicó a adecuar los espacios disponibles.

De esta manera, el 12 de febrero de 1964 se dio inicio a las actividades del colegio, con 46alumnos de Kinder, 42 de primer año de primaria y 8 de segundo, esto es, un total de 96 alumnos que fueron los que integraron ese primer grupo fundacional.

En ese tiempo, sólo estaban disponibles tres aulas, así como un patio con un prado verde y una pileta de agua al fondo. En los años posteriores se concluyó la construcción del edificio, reconocido como un grande y moderno plantel educativo, situado en una zona marginal y prácticamente abandonada de la ciudad.

Según Hna. Paola Rabacchi, quien trabajó en el colegio desde 1966 hasta 1999 (algunos años como directora y profesora, y otros sólo como profesora), una dificultad que surgió en los primeros años de funcionamiento, fue la escasez de alumnado, ya que al estar en la zona del matadero, el colegio no resultaba atractivo para la gente, pues diariamente el ganado circulaba por la Avenida Manco Kapac y éste hecho hacía del barrio una zona peligrosa para los transeúntes, especialmente para los niños.

Sin embargo, y a pesar de esta dificultad se fueron incrementando progresivamente los cursos, uno por año; hasta que en noviembre del año 1973 egresó la primera promoción integrada por 16 jóvenes. En esa época el plantel contaba con un personal compuesto por 8 hermanas y 25 profesores, que atendían alrededor de 400 alumnos de los niveles Básico, Primaria, Intermedio y Medio, asimismo contaba con dos aulas que brindaban educación para adultos.

Sin embargo todas las egresadas de la primera promoción eran mujeres ya que inicialmente los varones sólo cursaban hasta el 5° año de primaria en el colegio, y después debían abandonar el establecimiento, por lo cual los cursos secundarios estaban destinados sólo a un reducido grupo de jovencitas. Además que este hecho contribuía a la disminución del alumnado. Esta situación era observada con preocupación por las hermanas, quienes apuntaban a una igualdad de oportunidades para todos sus alumnos.

Por este motivo, las hermanas pusieron todos los medios a su alcance para luchar contra los esquemas de la época que no favorecían la educación en colegios mixtos, logrando que se impusiera la idea de la coeducación como respuesta a las exigencias del ambiente. De esta manera, muchas familias se vieron beneficiadas de que sus hijos pudieran cursar sus estudios hasta el bachillerato en un mismo colegio.

Los frutos de este esfuerzo se vieron cristalizados el año 1975, en que egresó la primera promoción mixta, integrada por 7 varones y 16 mujeres, sumando un total de 23 bachilleres, en comparación con la promoción del año anterior que sólo conto con 11 egresadas.

Este año también fue especial por otros motivos, ya que se determinó cambiar el nombre del colegio, que pasó de ser Colegio Santa Dorotea, a Colegio Italo Boliviano, para simbolizar la fraternidad entre los países de Italia y Bolivia.

A este hecho contribuyó significativamente contar con el apoyo del profesor Eulogio Marañón, quien se desempeñaba como asesor del colegio.

También en ese mismo año, el Colegio fue distinguido mediante la Ordenanza Municipal n. 1178, Art. 1, por la cual la H. Municipalidad de Cochabamba declaró como Institución Meritoria de Cochabamba, “al colegio Italo Boliviano por su valiosa contribución prestada en los campos del servicio social, la cultura y la educación en el medio”.

Con el paso de los años el Colegio ha crecido en todos los aspectos: alumnado, infraestructura, plantel docente, siempre teniendo como objetivo la formación integral de la persona. En este sentido, también resulta evidente la evolución del medio en el que está inserto el colegio: el barrio ha crecido, se ha poblado, sus habitantes han podido acceder cada vez más a una formación básica y profesional, y muchos de ellos son ahora ex alumnos que han decidido inscribir a sus hijos en el mismo colegio que les brindó muchas de las herramientas esenciales para la vida, por lo cual el Colegio Italo Boliviano ha acogido ya a una segunda generación de las familias del entorno y en la actualidad a una tercera generación.